Aún recuerdo aquellos inicios maravillosos en los que este blog no lo leía ni mi madre. No tenía presión ninguna y podía escribir lo que me diera la gana. Ahora, por suerte, parece que esto lo lee más gente, mi madre incluida. Aunque no sé si esto último es bueno porque desde que se ha abierto cuenta de Facebook e Instagram me siento vigilada. Te pensarás que lo digo de broma pero no es así. Por ejemplo, antes subía fotos de comida a Instagram, ya no me atrevo porque luego mi madre me llama diciéndome que como se me ocurre comerme todos esos donuts. Claro así le cortan el rollo a una. Hace unos meses sin ir más lejos se enfadó conmigo por contar aquí una pequeña anécdota con un disquete. No quiero saber lo que me va a decir cuando vea lo que acabo de escribir. Mamá no te enfades mucho que soy tu única hija y lo escribo con mucho cariño 🙂

La primavera ha llegado oficialmente con el mes de Abril. Los días son más largos, hay flores por todas partes y el sol no para de brillar. Además, con el buen tiempo ha llegado también la temporada de bodas. Momento de sacar tocados del cajón y preparar bailarinas de repuesto en el bolso (yo ya no tengo fuerzas para aguantar los tacones toda la noche). En mi caso la temporada empezó por todo lo alto el sábado pasado y ahora estoy empezando a dudar si lo de publicar post los martes es buena idea. Esto de escribir los lunes se me va hacer un poco cuesta arriba con tanto evento que ya no tenemos 20 años. De momento voy a aguantar pero si veo que se me hace cuesta arriba igual me paso a los miércoles.