El logo, la tipografía y la paleta de colores y texturas de te identifican son muy importantes a la hora de crear una buena impresión. Estoy segura de que has escuchado en más de una ocasión que la marca no es solo un logo. Que hay que prestar atención al conjunto de elementos que conforman la identidad corporativa.
Para lograr una experiencia de usuario excelente, es preciso alcanzar el equilibrio perfecto entre los componentes visuales y verbales de la marca. Como suelo decir a mis clientes: una imagen vale más que mil palabras, pero son las palabras las que convencen.
Poner foco en lo que tu marketing dice sobre ti o sobre tu marca debería ser una de las primeras estrategias a tener en cuenta. Solo cuando sepas qué y cómo comunicar podrás lograr coherencia y eficiencia en tus acciones.
Pero ¿qué es la identidad verbal?
La identidad verbal es el tipo de lenguaje específico que usa una marca y que le otorga personalidad y distintividad. Todas las comunicaciones que lleves a cabo (web, charlas, redes sociales, packaging) son parte de dicha identidad.
El éxito de tu emprendimiento estará muy ligado a la conexión emocional que consigas con tu público de interés. Y para que esto ocurra, es necesario que definas los valores en los que está asentada tu marca. Es difícil transmitir emociones que conecten con tu audiencia solo a través de imágenes.
En esta búsqueda de la personalidad de marca estarás trabajando la base de la identidad verbal. Es entonces cuando podrás definir la misión, la visión y los objetivos de tu empresa, piedra angular de cualquier negocio.
¿Qué debes tener en cuenta al crear identidad verbal?
Hay algunas variables que puedes trabajar para ir dando forma a la identidad verbal de tu marca. Es un proceso introspectivo en el que tendrás que conectar con tus valores y pasiones, ahondar en las motivaciones que te han llevado a emprender. Perfilar la personalidad de tu marca es la clave para lograr un mensaje coherente en todos los medios que uses.
Esencia de marca
La esencia de la marca es la base sobre la que se construirá toda la identidad verbal. El objetivo de todos los ejercicios que se desarrollan en esta etapa es encontrar las emociones, los porqués más profundos de la existencia de tu proyecto.
Con la esencia definida tendrás clara la personalidad de tu marca, lo que quieres que esta despierte en los otros y la historia que cuenta (el llamado storytelling).
Beneficio diferencial
Tu propuesta única de valor es otro punto esencial que debes resolver antes de crear cualquier estrategia de marca. ¿Cuáles son los problemas que resuelves con tu producto o servicio? Es aquí cuando hay que poner en perspectiva donde está tu diferencial respecto a la competencia.
Estoy segura de que al definir la esencia de tu marca te habrás dado cuenta del hecho de que cuenta con unas características y valores que son irrepetibles. Del mismo modo que no hay dos personas iguales, tampoco hay dos marcas iguales. Pues bien, este es el momento de sacarle partido a tu autenticidad.
La forma en como tú llevas a un cliente desde el punto A (donde se encuentra con un problema que quiere resolver) al punto B (solución que ofreces) está alineada con los pilares en los que se asienta tu marca. Este es el beneficio diferencial que tienes frente a tu competencia y es el que hará que haya clientes que se sientan más atraídos por tu propuesta que por la de otro profesional, y viceversa.
Cliente ideal
Habrás escuchado mil veces hablar del cliente ideal o del buyer persona, pero créeme, es uno de los puntos troncales de cualquier estrategia de marca. Sin tener un avatar claro es muy difícil que puedas crear acciones rentables para tu negocio.
Piensa en ese cliente con el que has trabajado de forma fluida y armónica. Ese cliente que adoró tu trabajo y que no tuvo ningún problema con tus precios. Ahora crea un perfil similar a esa persona con todo tipo de detalles (edad, profesión, salario, hobbies…) y tenlo como referencia a la hora de crear la comunicación de tu marca. Recuerda dirigirte a esa persona en todo momento en las acciones que lleves a cabo. Ese es el tipo de cliente que quieres atraer.
Sé que ahora mismo te estarás preguntando algo como: ’Un mensaje tan enfocado a un tipo de cliente ¿perjudicará el alcance de mi marca?’. Pues no. La realidad es que definir a tu cliente ideal te ayudará a posicionarte en un nicho de mercado. Y lo que es mejor, espantará a ese tipo de personas con las que no quieres trabajar.
Tono de voz
Tu estilo de comunicación hará que tu audiencia pueda distinguirte de otras marcas similares que compiten contigo en el mercado. La voz es la descripción de la personalidad única y distintiva de la marca. En cambio, el tono se refiere a cómo se usa la voz en las diferentes situaciones y con las diferentes audiencias.
Para lograr una identidad verbal consistente es necesario que tengas claro cuál es el tono de voz de tu marca. Esta es la pieza básica que dará ritmo y naturalidad a tus textos y a tu discurso. Es uno de los elementos que mayor coherencia origina ante los ojos de tus potenciales clientes, por lo que es muy importante que lo trabajes cuidadosamente.
La identidad visual es lo que hace que tu marca genere atracción. La identidad verbal ese trabajo intangible que genera compromiso (el famoso engagement).
La vida de los consumidores está atestada de contenido, por lo cual, tener una presencia visualmente atractiva no es suficiente. Para lograr que tus potenciales clientes sientan empatía contigo y se conviertan en seguidores de tu marca, tendrás que desarrollar mensajes congruentes a través de todos tus canales. Una identidad verbal que sea reconocible de forma instantánea y que mantenga el interés a largo plazo.
Samanta ayuda a emprendedoras a destacar como profesionales y posicionar su negocio y su marca a través de técnicas de branding y copywriting. Estudió Ciencias Políticas, donde descubrió el inmenso poder de las palabras. Es bloguera de viajes y hace más de un año que acompaña el crecimiento digital de emprendedoras en Irlanda, donde vive en la actualidad.
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