Visual Composer: por qué no deberías utilizarlo

Visual Composer fue uno de los primeros plugins de maquetación visual que aparecieron en el mercado. Sin duda su lanzamiento en 2011 marcó un antes y un después en el mundo del diseño web.

Hasta entonces, diseñar una web profesional con una buena imagen, solo estaba al alcance de los usuarios más avanzados que tenían conocimientos de programación. WordPress tenía un editor muy básico que te permitía hacer lo justo y las plantillas venían preparadas con diseños muy rígidos que eran difíciles de personalizar.

Con ese panorama a la vista surgió Visual Composer y llegó para cambiarlo todo. Durante un tiempo fue el rey indiscutible de la maquetación visual pero ha llovido mucho desde entonces y las cosas han cambiado bastante.

Mi experiencia con Visual Composer

La verdad es que mi experiencia general con Visual Composer no fue mala, pero también es cierto que dejé de utilizarlo a tiempo. Lo empecé a utilizar porque venía incluido en una plantilla premium que compré en Themeforest y en seguida me convenció.

La primera toma de contacto fue bastante buena, no había nada parecido en el mercado y de repente vi que me podía ahorrar muchas horas de trabajo si empezaba a utilizarlo en mis proyectos. Además, me permitía la posibilidad de entregar a mis clientes una web que podían gestionar ellos mismos ya que su funcionamiento era bastante sencillo.

Pero claro, no todo iba a ser perfecto. Después de un par de años utilizándolo en diversos proyectos (incluida mi propia web), empezaron a aparecer problemas. Más de una vez, alguna web se me quedó colgada después de una actualización del plugin y con las nuevas funcionalidades cada era más lento y pesado de utilizar. En muchos casos era necesario dejarlo sin actualizar, cosa que va en contra de todas las recomendaciones, para evitar que la web en cuestión se quedara colgada.

Además de todo esto, empezaron a aparecer muchos plugins similares en el mercado que permitían llegar mucho más lejos, con funcionalidades muy superiores en velocidad y diseño. Fue entonces después de haber tenido varios problemas con él cuando decidí probar un nuevo editor. El examen definitivo lo iba a realizar en mi propia web (los experimentos siempre es mejor hacerlos en casa) y los resultados fueron tan buenos que decidí dejar de utilizarlo.

Desventajas principales

Aunque en un principio fue una gran opción para muchos diseñadores con el tiempo las desventajas han ido creciendo. A continuación tienes los PEROS más importantes que le encuentro a día de hoy:

  • Se trata de un plugin bastante pesado, unos 15Mb, que ralentiza mucho las webs. Esto tiene un impacto negativo tanto en el posicionamiento SEO como en la usabilidad de los visitantes.
  • Todo su funcionamiento está basado en shortcodes lo que hace que genere mucho código para cada elemento creado. Cuando quise cambiar el maquetador visual de mi web, tuve que rehacerla entera porque todas las páginas estaban llenas de shortcodes y no había otra solución.
  • Errores en las actualizaciones. Como he comentado antes, en más de una ocasión una actualización del plugin dejó colgada mi web o con trozos de código visto con todo lo que ello supone.
  • Problemas de compatibilidad. Cuando viene instalado como parte de una plantilla premium, es imprescindible su uso para que la plantilla funcione correctamente. Esto quiere decir que no puedes seguir utilizando la misma plantilla si desinstalas en plugin por lo que un cambio supone rehacerlo todo de cero como me pasó a mí.

Alternativas a Visual Composer

Ahora mismo hay muchísimas alternativas a Visual Composer. En función de tus necesidades y conocimientos pueda que prefieras una u otra pero según mi criterio hay tres que destacan especialmente sobre las demás:

– Elementor Page Builder

En mi opinión es la mejor opción que existe ahora mismo en el mercado. Es el maquetador que utilizo en esta web y también en todos los proyectos en los que trabajo.

Es un plugin ligero y fácil de manejar, y aún así ofrece un listado de posibilidades infinito que te permitirán hacer prácticamente cualquier cosa. Su versión gratuita es mucho mejor que las versiones de pago de otros plugins y tan solo pesa 5Mb.

La versión Pro es una pasada, con ella podrás hacer maravillas en un abrir y cerrar de ojos. La puedes encontrar en su página oficial por 49€.

– Thrive Architect (antiguo Thrive Builder)

Tengo que reconocer que nunca fui muy fan de Thrive Builder, me parecía un plugin engorroso, lento y muy poco intuitivo. Dicho esto su renovación, con cambio de nombre incluido, ha traído muchas cosas buenas.

Thrive Architect es un maquetador visual muy intuitivo que ofrece hasta 36 módulos diferentes para trabajar en el diseño de tu web. La gran pega que tiene es que es una copia de «Elementor» por eso yo prefiero el original pero es cuestión de gustos 😉

– Divi Builder

Para terminar, cierro la lista de alternativas con Divi Builder, uno de los maquetadores más conocidos y extendidos del mercado. Viene integrado en las plantillas de Elegant Themes pero también se puede conseguir por separado.

Es un editor muy utilizado que lleva ya muchos años en el mercado. Personalmente creo que visualmente no está tan conseguido como los otros dos pero puede ser una cuestión de costumbre.

 

Conclusiones

De las tres opciones que te recomiendo mi favorito sin duda es Elementor Pro, pero tengo que reconocer que los otros dos plugins son también opciones muy sólidas con los que puedes obtener grandes resultados.

¿Qué te ha parecido la crítica de hoy? ¿Estás de acuerdo o todavía eres de los fieles a Visual Composer? Te invito a que me cuentes tu experiencia con los maquetadores visuales para WordPress dejándome un comentario más abajo 😉