Crear la imagen corporativa de tu marca

Esto de las últimas modas se nos está yendo de madre. Ya no sabes si la gente va disfrazada porque es carnaval o es su ropa normal, un despropósito. En París ahora se ha puesto de moda llevar cascos enormes de adorno, sin escuchar música ni nada. Por supuesto lo de las gafas sin cristales llegó hace mucho y me indigna especialmente.

Seguramente me pasa esto porque soy un topo, vamos que de lejos no veo nada. Sé lo que es tener que llevar gafas desde pequeña (ahora uso lentillas) y no entiendo como alguien puede pensar que llevar gafas sin cristales puede molar. Es como si yo ahora decidiera ir con una muleta por la calle, en plan accesorio, como el que lleva un bolso.

Con los logos últimamente me pasa algo parecido que con las gafas sin cristales. Tengo la impresión de que se están convirtiendo en un mero adorno bonito sin función ninguna, cuando no debería ser así. La mayoría de la gente pierde demasiado tiempo pensando el diseño de su logo, olvidando por completo el resto de elementos que componen la imagen corporativa.

Tener un buen logo es importante y debe estar bien elegido. Ahora bien, si lo utilizas como un simple elemento decorativo sin tener en cuenta nada más, acabará siendo un accesorio sin utilidad. Como imagino que no quieres eso, hoy quiero hablarte de lo importante que es tener una identidad visual bien definida para triunfar.

¿Qué es la imagen corporativa?

Mucha gente confunde imagen corporativa con logo. Se piensan que ambas cosas son lo mismo y no es así. En realidad, una identidad es un conjunto de elementos que definen la personalidad de tu marca y que van dirigidos a una audiencia muy concreta.

Aunque los elementos pueden variar, normalmente un manual de imagen corporativa se compone de los siguientes:

  • Estrategia de comunicación. Mensaje que quieres transmitirle a tu audiencia y el tono en el que quieres hacerlo. Si les vas a hablar de usted o de tú, con un lenguaje formal o coloquial. También si el tono va a ser agresivo, dulce, divertido…etc.
  • Estilo de imágenes. Fotografías en blanco y negro, con algún color predominante, sombras marcadas, mucha luz… Es muy importante que tus imágenes tengan una coherencia visual.
  • Paleta de colores. Definir una paleta de colores con la que trabajar es importantísimo para la imagen de tu marca.
  • Tipografía. Elegir las tipografías adecuadas para títulos y textos. Tamaño de encabezados y forma de combinar diversas fuentes, si las hubiera.
  • Logo. Por supuesto el logo está incluido en esta lista de elementos, pero como puedes ver no el único.

Un miedo muy común, que me encuentro a menudo trabajando con mis clientes, es el ¿se pasará de moda rápido? Los colores, las tipografías, el estilo de las imágenes, incluso el tono en el que hablamos siguen modas que son muy difíciles de ignorar. No se puede luchar contra eso.

Volver a pensar tu identidad de marca tras unos años es algo muy normal, además de necesario para que tu empresa crezca. Y no tiene nada que ver con que estuviera bien o mal diseñada en un inicio. Lo más probable es que tu negocio vaya evolucionando y por tanto también lo hará el tipo de cliente al que te diriges.

Los logos están sobrevalorados

Como decía al principio, todo el mundo está demasiado obsesionado con los logos. Tus ventas no se van a triplicar de un día para otro porque tengas un logo monísimo. Sin embargo, si cambias el estilo de las imágenes y el tono de los textos que estás utilizando, es posible que sí notes una gran diferencia.

Normalmente el proceso de trabajo de una identidad corporativa, suele empezar por el logo. Es un elemento que va a determinar aspectos posteriores y está bien comenzar por él. Pero mucha gente centra toda su atención en él olvidándose de todo lo demás. Es ahí donde creo que está el error más grave.

No puedes estar un mes eligiendo la tipografía de tu logo y luego escribir el slogan de tu marca en 5 minutos, poniendo la primera frase bonita que se te ocurra.

Nadie compra basándose solo en un logo

Tu logo debe servir para que la gente te recuerde fácilmente pero no va a ser un elemento determinante a la hora de cerrar ventas. Piensa en Apple por ejemplo, nadie se compra un iPhone porque la manzana de atrás es bonita. La manzana es un símbolo, fácil de recordar, sinónimo de calidad, diseño, última tecnología…etc

Cuando ves la manzana la asocias con el mensaje de exclusividad que la compañía ha creado en torno a ella y por eso quieres adquirir sus productos. El símbolo bien podría ser una pera y venderían lo mismo. Lo importante es el mensaje que hay detrás, eso es lo que representa una marca.

Cuando trabajes la imagen corporativa debes pensar bien los valores que te representan y lanzar un mensaje bien claro en torno a ellos. De nada te sirve tener un logo bonito si detrás no hay una estrategia clara y coherente. Será una cara bonita sin nada que decir, imagino que no quieres eso.

 

Espero que el artículo de esta semana te haya ayudado a aclarar las ideas sobre la utilidad de una buena imagen corporativa. Si estás empezando a crear la tuya seguro que te ha orientado sobre el camino que debes seguir.

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